Estamos en plena época de deshielo, este invierno ha sido muy lluvioso, así que esto hará que sea una primavera espectacular y además nuestros acuíferos, rios, aguas subterráneas y manantiales están desbordantes. Ahora es el mejor momento para disfrutar de ese agua que emana de las montañas de nuestra provincia. Hace unas semanas estuvimos en uno de esos lugares de Málaga en los que la naturaleza se muestra con toda su fuerza y en los que parece brotar el agua de la mismísima roca.
Desde hace tiempo oigo nombrar la Fuente de los 100 Caños. Situada en el entorno de Villanueva del Trabuco, está a 51 km de Málaga y en las faldas de Sierra Gorda, Sierra de San Jorge y Gibalto. Este lugar se considera el nacimiento, o uno de ellos, del rio Guadalhorce. Todo su paraje es espectacular, muy dado a practicar deportes como el senderismo, escalada, parapente…
Para llegar a esta famosa fuente hay que pasar por el casco urbano de Villanueva del Trabuco, el GPS nos hizo pasar por una carretera secundaria hasta este pueblo, lo que nos hizo disfrutar de las primeras vistas del lugar, apartado de todo signo de bullicio. Una vez entras en el pueblo, muy llano, ves las indicaciones hacia la fuente y te introduce en una carretera estrecha pero bien asfaltada que te aleja del pueblo y te introduce en medio de un paraje amplio. Después de un par de kilómetros de carretera estrecha entras en un carril no asfaltado y señalizado con un letrero que pone FUENTE DE LOS CIEN CAÑOS, entramos en ese carril y después de unos metros, ya oímos el rugir del agua, y de repente en una pendiente nos encontramos con una pared natural, en medio del paisaje, de la que ves brotar una cantidad ingente de agua a través de muchos caños construidos en la misma roca. En realidad, al parecer tiene 101 caños, pero el 100 parece un número más redondo, ¿o acaso el ciempies tiene de verdad 100 pies?.
El agua que sale con fuerza no es potable, pero veo gente recogerla, me imagino que para otros usos. El sonido del agua es impresionante, las décadas de casi contínuo brotar han tapizado toda la superficie de tupido musgo y algas.
Cuando ves ese monumento semi-natural comprendes por qué es todo un emblema de los espacios naturales de Málaga. Fotográficamente hablando da para mucho, sobre todo si vas en una época como esta, tras la lluvia. Puedes jugar con la velocidad de obturación para lograr efecto seda en el agua, me llevé el trípode así que aproveché.
Pero el espectáculo no se acaba aquí, todo ese agua va a algún sitio, justo bajo el manantial vemos como el agua encuentra su cauce y su camino entre las raíces de los árboles. Un lugar para quedarse un rato y disfrutar del sonido relajante del fluir del agua. A toda esa zona también le dediqué un rato.
Después de un buen rato paseando, haciendo fotos y después de limpiarme las botas de barro. Seguimos la marcha carril arriba, por el que de repente nos vimos rodeados por un bosque, ese carril está construido en medio del mismo. Una vez pasado este paraje pasamos por el pueblo de Villanueva del Trabuco, en el que nos llamó la atención un cartel que ponía Parque Los Villares – Miradores fuimos por ese camino y nos encontramos con un precioso y espectacular bosque perfectamente acondicionado para el paseo, con barandillas de madera, bancos y miradores desde el que disfrutamos de la vista panorámica del pueblo y de todo su entorno. La vegetación y la flora es autóctona, es una delicia pararse en cada rincón de ese parque. Allí, sentados en un banco en medio del silencio y bajo una ligera llovizna nos quedamos un rato a comer los bocatas. Realmente precioso y con buen gusto ese lugar.