Desde siempre me han llamado la atención varias curiosidades o paradigmas de nuestra capital, una ciudad marinera que ha tenido hasta hace poco su puerto separado de la ciudad, un precioso teatro romano que hasta hace unas décadas estaba medio cubierto por una «Casa de la cultura» y una catedral inacabada a la que muchos malagueños llaman La Manquita. A la mayoría se le ha ido poniendo remedio con el tiempo: el esplendoroso Muelle uno, el palmeral de las sorpresas ha devuelto, y de que manera, el puerto a su ciudad.
Creo que fué en la década de los 90 cuando se derribó la Casa de la Cultura que fué edificada sobre una parte de nuestro teatro romano (me imagino que sin ser consciente de lo que había debajo) y también se devolvió a la ciudad ese magnifico espacio escénico del siglo I a.C.
Pero a nuestra catedral, le sigo sin ver la torre que le falta. Se cuenta que se destinó el dinero previsto para la terminación de la otra torre y otros detalles a ayudar a Estados Unidos en su independencia, y en 1782 se interrumpió su construcción…. y hasta la fecha.
La verdad es que no soy nada religioso ni mucho menos católico, solo entro en algunas iglesias para fotografiarlas o para fotografiar eventos, pero no soy ajeno al valor histórico, turístico, artístico y edintificativo de una catedral o una gran iglesia lo mismo que si voy a Estambul no puedo dejar de admirar la Mezquita Azul.
Es un debate que muchas veces se ha abierto entre los malagueños, muchos se empeñan en llamarla «La Manquita», y lo respeto, pero a mi la verdad es que este término no me gusta nada, el diminutivo parece intentar reducir la calamidad que supone tener un edificio emblemático a medias.
En estos tiempos que corren parece difícil que se llegue a plantear en serio retomar las obras de la catedral para terminarla, a pesar de que existe alguna que otra plataforma ciudadana que reivindica este asunto. Y sinceramente, soy exceptico a ese respecto, y mucho me temo que nos la quedaremos así. Y de la ubicación de edificios cercanos mejor no hablar.
Por tanto habrá que verlo desde el punto de vista romántico, se puede decir que nuestra catedral tiene mucho misterio, es sufrida y no se deja ver así por las buenas. Pero cuando la descubrimos y entramos en su interior no deja de sorprender.
¿Os imagináis una vista desde el parque de Málaga con la catedral luciendo esplendorosa sin nada delante y con las dos torres? igual a esta ciudad no la conocería ni la «mare que la parió», pero a mi me gustan las cosas terminadas, que le voy a hacer. ¿Que pensáis?
Os ilustro este artículo con algunas fotos de mi galería, tanto del exterior como del interior.