Fotografiando el Torcal de Antequera en la niebla: una experiencia casi mágica (y un poco desorientadora)
El Torcal de Antequera es impresionante por sí solo, pero cuando la niebla se apodera del lugar, te sientes como si hubieras entrado en una película de ciencia ficción… o perdido en una partida de escondite con las rocas. Las gigantescas formaciones kársticas, esculpidas durante millones de años, aparecen y desaparecen en la bruma como si estuvieran jugando a despistarte. Y déjame decirte, lo hacen muy bien.
Al llegar, el escenario parecía ideal: niebla espesa, esa luz suave que hace que las fotos tengan un aire misterioso, y yo, preparado para captar todo. Claro, excepto por un pequeño detalle: no sabía exactamente dónde estaba el horizonte. O las rocas. O el camino. Todo estaba cubierto de un manto blanco, y caminar entre las enormes estructuras fue una mezcla de admiración y… bueno, de esperar no perderme.
La niebla, además de ser la mejor amiga de la fotografía dramática, es también un compañero caprichoso. Cambia de dirección sin previo aviso, y lo que hace un segundo era una toma perfecta, al siguiente se convierte en un mar de blanco total. Pero esa es precisamente la magia: cada instante es único, como si el Torcal decidiera qué mostrarte y qué mantener oculto. De algún modo, te obliga a ser paciente y a estar siempre alerta, porque nunca sabes cuándo el paisaje te va a regalar una imagen espectacular.
A pesar de que mi brújula interna quedó fuera de combate, cada paso fue una oportunidad para encontrar encuadres que destacaran las formas alienígenas de las rocas. El silencio solo era interrumpido por el clic de la cámara y, en momentos, por el crujido de mis pasos en el terreno, lo que acentuaba la sensación de estar en un lugar mágico… o de ser observado por criaturas de piedra.
En resumen, fotografiar el Torcal con niebla fue un reto, una maravilla y una lección de paciencia. Pero si me pierdo de nuevo, ya sé que las rocas seguirán ahí, listas para jugar su próximo truco.
Aquí tenéis las fotos de esa aventura. Fotos de diciembre de 2011