Gaucín a toque de campana

Gaucín

Siempre me han llamado la atención esos pueblos de nuestra geografía situados en los lugares más inverosímiles, a altitudes y situaciones casi inexpugnables, y pienso que si ahora a veces puede llegar a tener su dificultad acceder a ellos, aún más en la época en que se construyeron debía ser una auténtica odisea el llegar allí, a caballo, mula, carruaje o incluso a pie.

Bienvenida al pueblo en el mirador

De rigor es parar en el mirador que da la bienvenida al pueblo y desde el que está hecha la foto panorámica y la que encabeza el post.

Una vez entrado en el pueblo, decidimos tomar un poco de energía desayunando el lomo en manteca que te da fuerza y calor para rato. Desde el bar situado a la entrada del pueblo se divisa el castillo y un par de calles que se adentran en el pueblo, preguntamos y nos confirman que se puede llegar hasta la base de la fortaleza en coche y el resto hacerlo a pie.

Nos lo pensamos mucho a la hora de meternos en un pueblo que no conocemos en coche, pero lo hicimos, y nos dirigimos en linea recta siguiendo las indicaciones.

Gaucín es uno de esos pueblos que aun conserva todo el encanto sin haber pasado por la criba del turismo, y además, siendo festivo, nos encontramos a esas horas (11:00 horas aproximadamente) cierta vida en sus calles.

Llegamos hasta donde pudimos con el coche, aparcamos y nos metimos en el camino empedrado que sube hasta el castillo, uno se para a cada instante para mirar a su alrededor y el inmenso paisaje que se situa a tus pies, en la lejanía, a un lado asoma el peñon de Gibraltar, y un poco más allá la costa africana y el Rif Marroquí, eso si, aderezado todo por los humos de las chimeneas de Algeciras.

En sentido contrario la inmensa Serranía de Ronda, Valle del Genal, alcornocales, y asomando en la lejanía otros pueblos como Casares a un lado y Algatocín al otro (este último queda pendiente para otra ocasión).


El entorno del castillo del Águila está bien acondicionado y cuidado, el tiempo por supuesto ha hecho estragos, pero su reconstrucción y mantenimiento hace la visita cómoda, así como los jardines y la vegetación del entorno. Todo da pie a pensar que aquella tuvo que ser una fortaleza importante, un punto estratégico para el control de entrada de enemigos del Sur.

Entre arcos, cañones, torreones y garitas, nos encontramos con una ermita, la del Santo Niño, de la que me impresionó su bóveda.

Desde que tengo intención de ir a Gaucín, un par de amigas del lugar y otras personas que han estado allí me decían “… y cuando vayas tienes que tocar la campana!!! … ” y yo me preguntaba. ¿¿que campana!??… pues la campana se situa justo en lo alto de la torre principal a la que se accede por una estrecha escalera.

Al llegar a lo alto, la visión del pueblo es un espectáculo, el blanco de las fachadas, el color ocre de las tejas, la estructura, el verde del paisaje y la ladera en la que se situa el pueblo.

….Y como no, la campana bajo un arco, no se exactamente el cometido de esa campana, pero indiscutiblemente es un aliciente para subir hasta todo lo alto, para ir a verla… y hacer el intento de tocarla. Una vez que me he quedado satisfecho, bajamos por la parte de atrás del castillo, un camino empedrado y ajardinado y nos adentramos en el pueblo.

 

 

1 comentario en «Gaucín a toque de campana»

Los comentarios están cerrados.