Una de las maravillas de Antequera, son sus dólmenes, construcciones megalíticas funerarias que llevan allí 6.000 años, desde que el hombre de la edad de cobre las construyó en una perfecta armonía con el entorno y el universo. Todo el conjunto arqueológico está formado por los dólmenes de Menga, Viera y el Romeral, el de Menga es uno de los más grandes de Europa, al parecer supera incluso en tamaño al de Stonehenge.
Dada la importancia de este conjunto resultaba raro que no estuviera en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, y para ese fin se puso en marcha la candidatura denominada «Piedra sobre piedra» que además comprende la Peña de los Enamorados y el Torcal, sin duda, un conjunto lleno de historia, y como no, de magia.
Otro dato que aumenta aún más el misterio y el interés por todo este conjunto es su perfecta orientación en relación con los solsticios y equinoccios: El dolmen de Menga está orientado hacia al norte de la salida del Sol en el solsticio de verano, el de Viera está orientado al nacimiento del Sol en el equinoccio de Otoño. En el Romeral, la luz del Sol penetra hasta su segunda cámara en el solsticio de invierno, y el dia más señalado es el del solsticio de verano, cuando al amanecer de ese dia, los rayos de Sol, llegan hasta el interior del dolmen de Menga, todos los años, en esa fecha, en torno al 21 de junio, se convocan encuentros para presenciar este fenómeno, espero alguna vez verlo en persona.
Si no conocéis los dólmenes de Antequera quizá sea el momento. Para haceros una idea, aquí tenéis algunas las fotografías que hice de todo el conjunto: